REGRESO

Fotografía: Cuadernos © Caminante 2009

Me fui y regalé mis sueños
a alguien que yo mucho quiero,
y para buscar sueños nuevos
debo volver al sendero.

Durante varias semanas
he caminando en silencio,
huyendo de mis fantasmas
solo con mis pensamientos.

Llevaba el alma desnuda
y un equipaje ligero,
mi mente llena de dudas
pero el corazón abierto.

Llegó de pronto la noche
y con la noche la luna,
esa luna que hoy me dice
que las heridas se curan.

Ya se aproximan las lluvias
ya se presiente el invierno.
Se moja la arena rubia,
tal vez se cumplan los sueños.

Cuando las heridas curen,
si me mantengo despierto,
quizás me muestren las nubes
la senda hacia un nuevo puerto.

©2009 Caminante

PAUSA

Foto: Mis cuadernos © Caminante 2009

No se abandona el camino, me corrige Lunhe en su comentario, y tiene razón.
No es mi intención abandonarlo, simplemente deseo darme un poco de tiempo para que descanse el cuerpo y cicatricen las heridas del alma, las mías y las que yo haya podido causar que son las que más duelen.
Van a ser unas semanas, espero que pocas, de descanso y meditación.Me gustaría encontraros cuando vuelva.
Gracias por vuestro apoyo constante, me habéis ayudado mucho.

Repito los versos de Luís García Montero en historias de un teléfono, que ya utilicé como introducción en una de mis entradas:

Lo que pudo existir brilla un instante,
Luego deja sus sombras marcadas para siempre,
Fue tiempo de soñar, y sin embargo
Estaban ya las cartas repartidas.
(Luís García Montero. Habitaciones Separadas)

Cierro mis cuadernos por un tiempo breve.

Para siempre queda marcada vuestra huella en mi corazón.

Os quiero.
Un beso y ¡Hasta pronto!

© Caminante 2009

TENGO FRIO

El día 27 de Julio, nuestra amiga Anouna, publicó en su blog una mirada a la vida, el precioso poema Envíate a mí, que terminaba con los versos:

Vísteme prontamente
Envíate a mí
con urgencia,
Cúbreme,
que tengo frio.

Generosamente, a petición mía, me prestó la última frase para escribir un poema. Gracias Anouna.
Este es el resultado.

Un rayo de luna plateado
dejó mi corazón herido
y ya el caminante cansado
quiere abandonar el camino.

No puede el sol del verano
templar mi cuerpo aterido,
No tienen fuerza sus rayos
el sol también se ha dormido.

Sólo que poses tu mano
en mi mano yo te pido,
pido que extiendas tu manto.
¡Y cúbreme que tengo frío!

©2009 Caminante