He caminado mucho y muy deprisa. Sin tiempo para ver o escuchar.
Y ahora, que vuelven preguntas antiguas, busco respuestas quizás olvidadas.
Es tiempo de recordar.
Caminante, querido poeta
a tu lado camino y te sigo,
porque enredas en magia tus letras
y como nunca te siento mi amigo.
Caminante venid a mis letras,
porque de ellas te quiero testigo.
Cuando puedas te das una vuelta...,
tus palabras son cálido abrigo.