Cuando llega la mañana,
cuando se olvidan los sueños,
que en la noche dejan huella,
mi alma presiente el mar.
y cuando llega esa noche
en que el cielo está tan lejos,
que no se ven las estrellas,
mi alma presiente el mar.
Que quiere siempre mi alma
encaramarse a las olas,
para llegar a tu playa...,
para no sentirse sola.
Y el océano cruza tanto
para poderte mirar,
para perderse en tu encanto...
que mi alma sabe a sal.
©2009 Caminante